jueves, 25 de noviembre de 2010

Lo que nos dejó el Bicentenario

*Hace 100 años Porfirio Díaz celebró el aniversario de la Independencia de México con el mensaje al mundo de que nuestro país entraba a la época moderna…
*Hoy a unos días de estar cercano el aniversario de la Revolución Mexicana muchos han olvidado a los héroes patrios y revolucionarios.

Hace cien años, Porfirio Díaz tenía claro el mensaje a transmitir: “México entraba a la época moderna y tecnificada”, asegura María Eugenia Terrones López, académica del colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Hoy después de cien años nos encontramos con un país totalmente distinto “la mayoría de los mexicanos han olvidado a los héroes patrios o simplemente se ha esfumado el respeto y amor hacia ellos”.
Después de una semana de festejos en todo el país, la mayoría de los mexicanos afirmaron sentirse insatisfechos con los eventos que se realizaron para dar realce a la fecha, y es que, fuera del desfile y los conciertos en el centro del Distrito Federal, el gobierno de Felipe Calderón no se ocupó en buscar una identidad a la fiesta, es decir, el lado estratégico que hablará de los cambios que existen hoy en un país en “vías de desarrollo”.
El 15 de septiembre hace cien años se realizó el desfile histórico y el 16 se llevó a cabo la inauguración de la columna de la independencia en donde hubo un despliegue militar en el que participaron marinos franceses, alemanes y brasileños.
Al dar a conocer los festejos para la celebración del 200 Aniversario del Inicio de la Gesta de Independencia, el Secretario de Educación Pública, Maestro Alonso Lujambio, aseveró que sería un momento de orgullo y de unidad para todos los mexicanos, “será un día en el que México proyectará su capacidad artística, talento y la riqueza de su cultura al mundo entero”.
El desfile del 15 de septiembre comenzó a las 18 horas, participaron 27 carros alegóricos que representaron diferentes temas de nuestra mexicanidad, los cuales iniciaron su recorrido en Paseo de la Reforma, a la altura de la glorieta de la Diana Cazadora, hasta llegar a Avenida Juárez para dirigirse al Zócalo.
La factura de la fiesta ascendió a más de 45 millones de dólares por un evento que duró unas ocho horas y que fue retransmitido a todo el país.
El blanco principal de las críticas fue este desfile que culminó poco antes de la medianoche en el zócalo capitalino donde el Presidente Felipe Calderón emitió el tradicional “grito de la Independencia” y dio paso a un espectáculos de luces y fuegos artificiales que dieron la bienvenida al día de la Independencia, el 16 de septiembre.
Las críticas no sólo apuntan al desfile, sino también a los otros cientos de proyectos, obras públicas y eventos organizados para festejar el bicentenario, con un costo total de unos 230 millones de dólares.
Según una encuesta publicada el 13 de septiembre por el periódico Reforma, ocho de cada diez ciudadanos de la capital mexicana opinan que el gasto en los festejos fue demasiado alto.
Antonio Velasco Piña, autor de la guerra sagrada de Independencia, afirma que cuando una sociedad recuerda, conmemora y toma conciencia de su pasado, tiende a comparar los propósitos de un gran movimiento que en el caso de 1910 fue la Independencia
La pregunta es obligatoria: ¿acaso evitaron despertar en los mexicanos una conciencia qué desate un cambio en el país? Los sociólogos e historiadores aseguran que el impacto que tuvieron los festejos hace cien años fue tal, que los mexicanos iniciaron una revuelta en el que los resultados están más que conocidos.
Á tan sólo dos meses de celebrar con orquesta luces y monumentos la emancipación de la patria Nuestro México publicó el 18 de noviembre de 1910 un intenso tiroteo registrado en Puebla en la casa de la familia Serdán.

El 19 la publicación informó que Aquiles Serdán fue asesinado tras salir de su escondite: “Fueron recogidas numerosas armas municiones y previsiones de boca como para sostener por largo sitio una gran cantidad de personas además encontraron documentos importantes”, describió en aquel diario. Este evento de acuerdo con María Eugenia Terrones López investigadora del Colegio Mexiquense fue la antesala de la Revolución Mexicana.

Sin duda hoy en día la sociedad mexicana es muy distinta, la mayoría de las veces es indiferente sin embargo para los festejos del bicentenario no fue así, miles salieron a las calles a disfrutar de los conciertos y los eventos culturales, pero la inconformidad estuvo palpable.

“Salimos a festejar porque somos mexicanos y nos gusta la pachanga, no porque estemos contentos con el gobierno, nada tiene que ver una cosa con la otra” asegura Claudia Hernández, madre de tres hijos y trabajadora de una textilera de la zona industrial en Azcapotzalco, acudió al Zócalo capitalino, lo disfrutó con su familia y “olvidamos los problemas por unos momentos”, dijo.
Las obras inconclusas para los festejos es otro tema a discutir en el Bicentenario de México, muchos mencionan el caso de la “Estela de Luz” como el ejemplo de mal manejo de las celebraciones, es el monumento conmemorativo, que no estará listo hasta fines de 2011 y su presupuesto casi se duplicó.
El monumento -una torre de más de 100 metros de altura que está siendo construida frente al Bosque de Chapultepec, en la capital- sería el principal legado de los festejos del bicentenario para futuras generaciones.
Sin embargo, la obra no estará lista hasta fines de 2011 -es decir, después del próximo aniversario de la independencia- y su presupuesto casi se duplicó, hasta llegar a los más de 50 millones de dólares.
El gobierno asegura que el retraso y el creciente costo se debe a un estudio de riesgo sobre la construcción hecho en Canadá, que descubrió que la estructura tiene que ser más firme de lo calculado para poder soportar el flujo de vientos y cualquier actividad sísmica.
“Podríamos haber construido algo a toda velocidad que en 10, 15 o 20 años pudiera estar en riesgo, y tomamos la decisión responsable de construir una pieza que pueda estar segura en los próximo 50, 100 o 200 años”, le asegura a BBC Mundo Alonso Lujambio, secretario de Educación y responsable de los festejos.
La obra en el Distrito Federal no es la única que ha generado controversia, “La Victoria Alada”, una escultura de bronce diseñada por Ricardo Motilla Moreno y erguida en el estado de Guanajuato para conmemorar la histórica fecha, “es un monumento al despilfarro”, dijo recientemente la escritora Elena Poniatowska.
“Su presupuesto alcanzaría para edificar las casas que la sociedad agradecería mucho más que una estatua copiada de la Victoria de Samotracia”, sentenció Poniatowska.
Más allá de la creencia de que el gobierno está aprovechando los festejos para distraer a los ciudadanos de los problemas del país, convendría pensar qué es lo que verdaderamente no busca el gobierno actual y que a estas alturas ya es por demás sabido lo que vendrá sin poder evitarlo.
Pero también, la misma polémica sobre los festejos está haciendo públicas las preguntas que muchos mexicanos se hacen en estas épocas históricas, como la que se hacía el escritor Enrique Serna en la revista Nexos. “Si nos quisiéramos tanto, como se quieren los franceses o los ingleses, ¿necesitaríamos gastarnos dos mil millones de pesos para proclamarlo ante el mundo?”.
Han pasado 100 años desde que el general Porfirio Díaz conmemorará con monumentos exposiciones inauguraciones de obras decoraciones y fiesta nacional a la independencia de México.

Hoy, con la crisis económica se retrasaron las obras para los festejos, existe un gran desorden y no hay imagen clara de lo que significa la independencia y la revolución, la mayoría de los mexicanos han olvidado a los héroes patrios o simplemente se ha esfumado el respeto y el amor hacia ellos, asegura Velasco Piña.

El mensaje del gobierno hacia el exterior no tuvo contundencia, sin embargo el mensaje de los mexicanos es claro, “festejemos, no importan con qué, no importa cómo pero festejemos por qué somos mexicanos y el gobierno nos vale ma…” el despertar de la nación se dará, sin temor a equivocarme, en el año 2012. Al tiempo.


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